BUEN TRABAJO, HERMANO

—Mamá, Yan Yan es el mayor —dijo Yu Jiao, corrigiendo rápidamente a su madre.

—Oh, lo siento. No debí asumir eso —dijo Ji Xiuying, luciendo muy avergonzada.

Luo Yan sonrió y dijo con buen humor:

—No te preocupes, Tía. No es tu culpa que Ah Jin luzca mayor de lo que es.

A Luo Jin no le molestó esa broma. Probablemente porque aún contenía la risa. Tomó una respiración profunda antes de presentarse ante la madre de Yu Jiao:

—Hola, Tía, soy Luo Jin.

Aunque Luo Jin no estaba sonriendo, incluso parecía un poco severo, la forma en que le habló a la madre de Yu Jiao seguía siendo respetuosa.

La vergüenza que sentía Ji Xiuying disminuyó un poco y le sonrió al alto adolescente. Le alegró que ninguno de los dos se sintiera ofendido por ese error. Después de todo, era su culpa por no ser lo suficientemente cuidadosa.