Mykael entonces le dijo:
—Ya he dado mis órdenes a los demás y quiero estar cerca de mi hijo para poder protegerlo... Me gustaría que vinieras conmigo a este mundo y entrenaras a mi yerno y a sus amigos magos, ¿qué te parece? —preguntó.
Colin lo miró y dijo sin dudar:
—Por supuesto, lo que tú quieras... Dime, por curiosidad, ¿está la persona que creó este remedio con tu yerno? —inquirió.
Mykael asintió y vio a Colin sonreír antes de cerrar los ojos y acurrucarse de nuevo en sus brazos, dijo con voz soñolienta:
—Esto promete ser muy interesante.
Mykael soltó una carcajada y le dijo:
—Estoy seguro de que te caerán bien... Volveré allí una vez que te hayas dormido, llámame en cuanto te sientas mejor, abriré un portal para ti.
Colin solo dijo 'um' y Mykael entonces apartó el cabello de su frente y se inclinó para susurrarle en el oído:
—La próxima vez no ocultes las consecuencias del hechizo que usas, no vale la pena si es para verte así.