—Axel no dijo nada, pero el brillo dorado que había aparecido en sus ojos y que había asustado a sus hombres había desaparecido.
—Así que Matías continuó su historia, aliviado de ver que el esposo de su jefe realmente se preocupaba por él y que su jefe parecía ser capaz de calmarlo fácilmente, lo cual era algo bueno —dijo Matias—. Por una vez hicieron un buen trabajo porque estábamos totalmente impotentes para detenerlos, y realmente no lo vimos venir.
—Reproducieron la imagen de tu cadáver en todos los canales de noticias con el titular "El Rey de la Sombra ha muerto, y todos sus asesinos pronto le seguirán; la paz finalmente será restaurada".
—Cuando lo pienso, qué imbécil, todavía estoy temblando de ira —dijo, y después de tomar una larga respiración para calmarse, continuó: