—Kevin asintió y le dijo: "No te preocupes, no hace mucha diferencia, mientras no sepan cuándo atacaremos y nuestro plan para derrotarlos... En cuanto a los que pueden luchar con nosotros, te dejaré encargarte de eso, puedes asignarlos con Kerry o contigo en las ubicaciones estratégicas".
—Finalmente, miró a estos instructores, se acercó a ellos y reveló la marca del pentagrama en su pecho diciéndoles: "Instructores de la Secta de la Luna y la Secta del Cielo, bienvenidos a la batalla.".
—Cuando vieron la marca en su pecho, los veinte hombres y mujeres frente a él inmediatamente se arrodillaron y bajaron la cabeza en señal de respeto, y Kevin, que nunca había experimentado algo así antes, entonces les dijo: "Levantaos y no hagáis eso más, no quiero ser ese tipo de Rey. Todos ya han demostrado su lealtad hacia mí y hacia la Reina uniéndose a nosotros en esta lucha, gracias por vuestra ayuda.".