En realidad, era muy sencillo, todos sus hombres, especialmente aquellos que estaban más cerca de Kelan, habían sentido su cambio de ánimo y no querían estar presentes cuando fuera a explotar.
Todos habían conocido a Kelan durante tres años porque fue entonces cuando había pasado a estar bajo el mando de Caleb, y Kelan solía ser un hombre tranquilo, serio y con sangre fría sin importar la situación en la que se encontrara, así que había sido una sorpresa tan grande cuando sintieron el aura asesina proveniente de él.
Cada vez había sido fugaz, pero como Caleb ya no ocultaba su relación con Kelan, todos habían notado que esos momentos fugaces coincidían cada vez que Lena agarraba del brazo a Caleb o cuando su jefe ponía su brazo alrededor de sus hombros.
En esos momentos, Kelan apretaba los puños y todos los que estaban cerca de él sentían que se les erizaba el cabello en los brazos y algunos incluso rompían a sudar frío.