El resultado era inevitable, así que el Rey ordenó a los soldados restantes:
—¡Mátenlos a todos! ¡Usen sus armas y combinen sus poderes para exterminarlos!
Colin se tensó inmediatamente al escuchar esto, había más de treinta armas hechas de Trinium del lado del Rey, así que contactó a Mykael para recibir órdenes:
«Mykael, si estos hombres realmente combinan su ataque, incluso Kevin y Axel no podrán bloquear tal ataque, ¿qué quieres que haga?».
Mykael esbozó una sonrisa al escuchar la voz angustiada de Colin y le dijo:
—Mi amor, confía un poco más en los chicos, lo que estos hombres planean hacer, Kevin ya debió haberlo planeado, déjalos manejarlo a su manera.
De repente, el cielo se oscureció y relámpagos iluminaron el cielo, el viento también aumentó y Colin no se dio cuenta de que él mismo estaba causando toda esta turbulencia.
Sólo fue cuando escuchó la voz de Mykael viniendo desde detrás de él y cuando sintió sus manos sobre sus hombros que logró calmarse: