Nolan entonces le dijo con confianza:
—No hay nada que un Lan no pueda hacer si pone todo su esfuerzo en ello, créeme, puedo hacerlo y lo haré.
Colin tenía razón, de ahora en adelante usaría su habilidad siempre que se presentara la oportunidad y afortunadamente en las mazmorras púrpuras no faltaría oportunidad, porque cuanto más practicara usando esta habilidad más automática se volvería.
Su padre, desde que eran jóvenes, les había estado diciendo la importancia de repetir los mismos movimientos una y otra vez, y les había explicado que, incluso si no podían detectar el peligro a tiempo, su cuerpo reaccionaría por sí solo porque estaría acostumbrado a realizar estos movimientos.
Y eso era exactamente lo que necesitaba ahora, porque debía ser capaz de luchar mientras capturaba la energía de sus oponentes, y por ello absolutamente tenía que dominar esta habilidad.