304 Regreso al País (Tercera Guardia)

Su vida estaba ligada a la de su anfitrión. ¡Si el anfitrión muere, el sistema también muere!

Chu Jin levantó ligeramente sus ojos y habló muy tranquila:

—Entendido.

Su mirada era afilada como una navaja, fijándose directamente en el asesino oculto, y con un ligero movimiento de su mano, una diminuta aguja dorada voló desde su palma, titilando con una luz escalofriante en la oscuridad.

Mientras tanto, Song Shiqin también esquivó las balas que volaban en su dirección. Bang bang— Dos disparos, y dos asesinos fueron eliminados.

Sin embargo, esto estaba lejos de terminar.

En la oscuridad, al ver esa bala teñida de un aura asesina, ¡las pupilas de Chu Jin se contrajeron súbitamente! Sabía que, sin importar qué, Song Shiqin no podría esquivar esta vez. La bala estaba encantada con poder espiritual, una Bala Fantasma, destinada a detenerse solo al derramar sangre.