Chu Jin estaba sentada en la oficina del noveno piso, hojeando los planes de los proyectos y las recientes campañas publicitarias. Se sentaba en su escritorio tranquilamente, con su expresión serena habitual, mientras la luz del sol atravesaba la ventana cayendo sobre ella, haciéndola lucir pacífica y hermosa.
Qin Zhenglin estaba sentado a su lado, tecleando en su computadora con un patrón rápido de tecleo. Ejecutaba su trabajo meticulosamente, aparentemente despreocupado por si Chu Jin podía encontrar errores.
Chu Jin ocasionalmente le susurraba, señalando algunas sugerencias constructivas, con el toque de añadir detalles finales que hacían que todo quedara completo.
¿Cómo debería uno decirlo?
Aunque Chu Jin solo tenía 18 años, su imagen en su corazón era inmensa. No venía a la empresa a menudo, pero ocasionalmente discutía estos planes con él a través de video y llamadas de voz.