—Finalmente, han llegado —la Reina Maeve saludó a la familia Raysin con una cálida sonrisa mientras entraban al palacio antes del baile.
—Su Majestad, Reina Fae Maeve —toda la familia Raysin hizo una reverencia como muestra de respeto.
—Vamos, estamos demasiado cerca para esto —la Reina Maeve intentó ser cortés, saboreando el momento. Después de todo, había ascendido muy por encima de sus iguales.
A medida que la familia Raysin se levantaba, la Reina Maeve se acercó a Elena, escudriñándola de pies a cabeza con ojos ansiosos.
Elena, notando la aguda mirada de la reina, sonrió hacia ella. —Reina Fae Maeve, es un honor estar en su presencia.
La Reina Maeve colocó su mano en el hombro de Elena, todo sonrisas. —Te has puesto más bonita desde la última vez que te vi. ¿Por qué no me llamas Reina Madre en este punto?