Resurrección 2

—Una paz, como ninguna otra, envolvía a Islinda. Era cálida, reconfortante y dulce, y ella no quería desprenderse de esa sensación. Sin embargo, no duró para siempre, ya que un dolor agudo la atravesó, haciéndola despertar con un sobresalto.

Islinda miró hacia adelante, pero todo era borroso para ella. Su cabeza palpitaba como si miles de tambores golpearan en su interior. Parpadeó unas cuantas veces, recuperando lentamente su visión. El dolor había disminuido a un nivel tolerable, pero le dolía todo el cuerpo como si hubiera sido pisoteada en una estampida.

Pero no había ninguna estampida. Lo último que podía recordar... ¿Cuál era lo último que podía recordar? Islinda esforzó su cerebro para recordar, y entonces los recuerdos volvieron de golpe, causando un oleada de dolor que se deslizó a través de su mente, haciendo que se estremeciera.