En una habitación determinada del palacio, un portal se abrió de repente, causando que un cuerpo saliera disparado por el agujero de gusano. Elena se estrelló contra el suelo con un fuerte golpe mientras el portal se cerraba rápidamente. Por unos momentos, yacía inmóvil, tan quieta que uno podría asumir que estaba muerta, y por razones válidas. Su ropa era oscura, lo que dificultaba ver las manchas de sangre, pero estaba gravemente herida.
Sin embargo, al ser una Fae, Elena no podía morir por el golpe mortal que Islinda le había infligido al cortarle el tendón durante su brutal pelea. Yacía allí, recuperándose lentamente, y una vez que todas sus heridas hubieron sanado, finalmente se puso de pie.
Con un suave gruñido, Elena arrancó la máscara de su rostro, haciendo que el truco mágico que había aplicado a sus ojos volviera del azul a su color dorado original. Y sí, esta Elena de la familia Raysin era la asesina que había intentado con éxito asesinar a Islinda.