Un cáncer en el reino

—El desayuno continuó como si nada hubiera sucedido, pero una tensión subyacente se mantuvo en el aire. Islinda no podía sacudirse la sensación de la mirada escrutadora de Gabbi, y no era sorprendente; después de su tenso intercambio anterior, era probable que el humano sospechara que algo estaba mal.

—La comida era deliciosa y Derek era la única persona que no se unió a ellos en la mesa. Islinda se encontró albergando un nuevo desdén por él. No se consideraba una persona rencorosa, pero últimamente, parecía incapaz de dejar pasar ciertas cosas. Ese maldito guardaespaldas había logrado colarse en su lista negra, y se prometió a sí misma vengarse a su debido tiempo.

—El Príncipe Wayne fue el primero en terminar su comida, algo que solía pasar, y se alejó con su aire de misterio habitual. A Islinda no le molestaban sus idas y venidas, ya que él siempre parecía encontrar el camino de vuelta hacia ella eventualmente.