El Príncipe en Apuros

—Los hombres son basura —hervía de resentimiento Islinda mientras observaba a Aldric y Elena alejarse, sintiéndose como no más que un juguete descartado del príncipe fae oscuro. A pesar de todo el tiempo que había pasado entreteniéndolo, Aldric ahora parecía cautivado por Elena, dejando a Islinda sintiéndose abandonada y utilizada.

—Para consternación de Islinda, Aldric le ofreció a Elena un gesto de buena voluntad, invitándola a acompañarlo en su viaje a la Corte Invernal —por supuesto, Elena aceptó con entusiasmo, su emoción palpable cuando abrazó a Aldric fuertemente una vez más.

—Islinda sintió un arrebato de furia posesiva, con ganas de atacar a Aldric por sugerir que se uniera a ellos —¿era él ajeno al engaño descarado de su invitación? A pesar de su impulso por desatar su ira, Islinda sabía que tenía que controlarse. Se recordó a sí misma que ella y Aldric no tenían una relación comprometida. Aunque habían compartido momentos íntimos, era solo por diversión, sin ataduras.