—Estaba gritando —Ella estaba gritando.
—El veneno había disminuido lo suficiente para que los sonidos escaparan de su boca. Maxi especulaba que podría haber sido debido a la sangría profusa, lo que causaba que el veneno se disipara de su sistema. Anya parecía ajena a este detalle, o no le habría infligido tal sangría profusa.
—Sin embargo, Maxi aprovechó esta pequeña oportunidad para probar su teoría. Con un esfuerzo decidido, intentó mover su dedo y fue recompensada con el más leve de los movimientos. Una oleada de emoción corrió por sus venas, su corazón latiendo con anticipación a la retribución que desataría sobre Anya una vez que recuperara su libertad.
—Justo como había anticipado, Anya había cometido un error. Sin embargo, Maxi no podía permitirse que Anya se diera cuenta de su error. Así que permaneció en silencio, fingiendo un miedo palpable en sus ojos. Justo como Anya la había engañado antes, Maxi ahora le devolvía el favor.