Enojado con ella

—Esto se está volviendo lastimoso de ver —dijo Ginger a Ailee, cubriéndose la boca con la palma mientras su corazón se rompía al presenciar la escena.

Islinda estaba arrodillada en la entrada de la corte de Aldric. Había estado así durante horas y comenzaba a hacerles sentir incómodos. Se habrían unido a ella, pero la joven humana había exigido ferozmente que esta era su batalla que combatir y que ellos no debían ser parte de su castigo. Ahora todo lo que podían hacer era verla sufrir por sí misma, porque al príncipe fae oscuro no le conmovía su acción en absoluto.

Aldric estaba realmente, realmente enfadado con Islinda.