El abrazo duró solo un momento antes de que Islinda comenzara a alejarse. Aunque había extrañado a André, realmente no era el momento para tales demostraciones, y había demasiados ojos sobre ellos. Si alguien malinterpretara el abrazo amistoso y lo informara a Aldric... Islinda tembló ante la idea, conociendo demasiado bien su naturaleza celosa.
Sin embargo, pronto se dio cuenta de que André no se movía ni un músculo, y ella permanecía atrapada en su abrazo.
—¿Qué estás haciendo? —Islinda estrechó la mirada hacia André, incómoda con su comportamiento.
—¿Qué crees que estoy haciendo? —respondió él, fingiendo ignorancia y apretando su agarre—. Extrañé a mi amiga humana. Esto es demostrarlo —afirmó, apoyando su cabeza en el cuello de ella.
Pero Islinda no estaba para nada de eso. Sintiendo que él tramaba algo y sospechando que tenía que ver con Aldric, le dijo firmemente:
—Déjame.