CIUDAD DE LAS NUEVAS LINTERNAS
Alessandro miró a Giovanni con shock.
—¿Cómo que puedes encontrarla? —le preguntó.
—En la confusión y el caos que siguieron después de todo, no supimos cuándo se fue —respondió Giovanni.
—Está bien, iré a buscarla —dijo Alessandro, dándose la vuelta para irse.
—Espera, aún tengo algo que decir —dijo Rosa.
Él la miró con ira. —¿qué más podrías tener que decir, Rosa? —le gritó.
En lugar de acobardarse, se puso de pie derecha.
—Alfa Alessandro de la manada de Nuevas Linternas. Yo, Rosa, renuncio a Nuevas Linternas como mi manada —dijo ella.
Alessandro la miró, su mirada contenía emociones conflictivas; ira mezclada con tristeza, arrepentimiento y decepción.
—¿Tiene que terminar así? —preguntó.
—Sí, ya no tengo razones para quedarme aquí —respondió ella.
—Bien, yo Alfa Alessandro de la manada de Nuevas Linternas te renuncio a ti, Rosa, como miembro de mi manada —dijo él.
—Gracias por ser una gran amiga —dijo ella y se alejó.