MANADA DE FUEGO SANGUÍNEO
Lavanda estaba en la cocina preparando la cena. Abrió la tapa de la olla y siseó del dolor, había olvidado usar una servilleta.
Dejó caer la tapa de la olla precipitadamente en el suelo y sopló sobre sus dedos para aliviar el dolor.
Jayden, quien había oído el ruido, entró en la cocina y corrió hacia él.
—¿Qué pasa Der? —preguntó, con preocupación dibujada en todo su rostro.
—Agarré la tapa de la olla sin una servilleta y me quemó la mano —se quejó Lavanda.
Jayden tomó la mano de Lavanda para examinarla con cuidado.
—Oh mi pobre bebé se quemó los dedos —dijo mientras besaba los dedos de Lavanda.
—Bésalos otra vez —Lavanda dijo con un puchero.
—Ok, tu deseo es mi orden —dijo Jayden y besó sus dedos nuevamente.
—¿Así está bien? —Jayden le preguntó.
Lavanda frunció los labios, indicando que quería ser besado en los labios.
Jayden sonrió y agarró la cintura de Lavanda acercándolo más y luego lo besó.