—¿Qué condición? —Azazel le preguntó.
—Es sobre el plan de invasión que quieres hacer en la Tierra usando al hijo de Trina —Reni dijo con cautela.
La cara de Azazel se convirtió en un ceño fruncido inmediatamente.
—Es presuntuoso de tu parte pensar que cancelaría mis planes por ti, puedes ser un amante habilidoso y consumir mis pensamientos pero no cancelaré mis planes por ti —le dijo Azazel.
Reni le sonrió.
—¿Consumo tus pensamientos? —preguntó.
—Sí, lo haces. ¿Estás feliz ahora? Ahora elige algo más. Porque no voy a detener el plan —le dijo a Reni.
—¿Por qué? ¿Por qué insistes tanto en que los demonios regresen a la Tierra? Seguramente sabes de lo que son capaces, ¿no?
—Porque soy su príncipe y debo ayudar a mi gente. Fueron desterrados aquí para quedarse solos. ¿Por qué otros seres sobrenaturales pueden deambular libres por la Tierra y mi gente no? —preguntó Azazel con enojo.