—¿Quién es esta chica?
—Ah, no te sientas tan mal —dijo Radia desde su silla—. Luzein ni siquiera recuerda el nombre de tu antiguo jefe. Simplemente no puede recordar personas que consideró insignificantes.
—Entonces, ¿quién es esta? —preguntó Zein con indiferencia.
—¿Quién es el exjefe? —preguntó.
—El que te divertiste abofeteando el otro día —respondió Bassena encogiéndose de hombros, sentándose en el reposabrazos de la silla de Zein—. ¿Cuál?
—Ah, ¿ese tal Var-cualquier cosa? ¿El antiguo maestro de gremio de Celestia? —dijo Zein.
—Sí.
—Hmm... creo que la vi una vez —dijo Zein.
—Esa vez que te llevé al estudio de grabación en la Capital —le recordó Bassena.
—¡Ah! —exclamó Zein—. La chica rara.
—¿R-ra-ra?
Hacía tiempo que Senia no se ponía roja de la ira. ¿No solo este guía la consideraba insignificante, sino que también pensaba que era rara?