Capítulo 464. Fragmento de Estrella Caída (2)

En el primer golpe, el Espectro se reía. En el segundo, gruñía. Y en el tercero, rugió.

El humano era más fuerte de lo que pensaba, y lentamente lo empujaba hacia atrás con el golpe que se hacía más pesado con cada oscilación. La ardiente mirada de ojos ámbar—el color más brillante que jamás había visto—le recordó al Espectro a su Creador.

Y entonces rugió, enviando la orden a las otras insignificantes bestias para atacar a aquellos que este humano intentaba proteger.

Pero el humano gruñó —Como si te dejase.

Una oleada de maná—que al Espectro le disgustaba—salió del humano. Sin embargo, no se dirigió hacia el Espectro, sino hacia la espalda del humano; una oleada de oscuridad que rápidamente se materializó en ochocientos ochenta y ocho picos, convergiendo en una serpiente gigante que seguía rotando, despedazando todo a su paso.