Una nave metálica negra y roja, invitados en uniformes negros, y un lugar oscuro llamado Zona Mortal. No exactamente una receta para una boda normal.
Pero de nuevo, ellos no eran una pareja normal.
Las circunstancias de su encuentro, y lo que finalmente los unió, fue la tragedia llamada muerte. ¿Citas románticas? ¿Dónde podrían encontrar un lugar para eso dentro de la gris pared de Fronteriza, y la cortina de oscuridad llenando su horizonte?
Otros hacían promesas de un futuro brillante, de expandir la familia, y de envejecer. Ellos hacían promesas de sobrevivir al día siguiente. Su lazo no estaba forjado a través de palabras de afecto, sino a través del choque de metales. Su lenguaje de amor no era abrazos y besos, sino salvarse mutuamente de las garras del segador.
Pero incluso si su comienzo había empezado con tragedia, y su camino estaba lleno de espinas de miasma, al menos, querían que su final fuera feliz.