—Todos se levantaron inmediatamente en cuanto vieron la Montaña de Hierro —Por coincidencia, Zein también terminó de guiar a Arlo, así que se acercó a los dos esperes de clase Santa.
—Por supuesto, el primero en llegar a él fue el fragmento, que zumbaba emocionado, una reacción considerablemente diferente a la que tuvo al entrar en la niebla con Bassena.
—Zein no tuvo más remedio que detener sus pasos, escuchando la divagación del fragmento —Aparentemente, el fragmento estaba emocionado porque sintió por primera vez la existencia de otros fragmentos cuando atravesó el campo de niebla. Sonaba adorable en la cabeza de Zein, escuchando al tímido niño cantar con alegría.
—Ya veo —asintió Zein y acarició al emocionado fragmento—. Pronto podrás verlos, no te preocupes. Tal vez podamos encontrar algunos que todavía estén de este lado.