La primera vez que sintió aquella presencia peligrosa, trató de huir.
Corrió hacia un lugar con muchas paredes altas, pensando que serviría de protección. En cambio, se convirtió en una trampa. La disposición complicada le dificultaba la orientación y, antes de que pudiera buscar una salida, aquella presencia peligrosa la alcanzó.
Luchó, repeliendo la presencia que recordaba como un enemigo. Afortunadamente, parecía que tenían energía cósmica opuesta, lo que facilitaba la resistencia. Solo... no pensó que el enemigo lo haría de manera consistente durante años y años.
Años y más años, su defensa se debilitaba y estaba cansado. Oh, estaba cansado y en un momento, se distrajo lo suficiente como para que el enemigo perforara su defensa.
Y quemaba. Oh, quemaba para ambos. Gritó y el enemigo estaba furioso. Podía sentir la ira del enemigo por esos años de intentos inútiles. Por un rato, se sintió bien, se sintió aliviado. Seguramente, el enemigo lo dejaría en paz después de esto.