—¿Qué es esto? ¿No está feliz? Como se esperaba, ¿es demasiado para él tener gemelos? ¿Le recuerdan a sus hermanitos? —Toda clase de preguntas llenas de preocupación revoloteaban en la mente de Bassena, pero la respuesta solo podía llegar mediante una indagación directa. Tragando nerviosamente, Bassena sostuvo el hombro del guía e intentó cuidadosamente mirar ese hermoso rostro. —Z-Zein, ¿estás bi--
—Gemelos... —el guía, quien finalmente salió de su ensimismamiento, murmuró. Giró la cabeza hacia Bassena y estiró sus labios ampliamente. —¡Tenemos gemelos! —Un par de ojos azules resplandecientes, rubor extendiéndose a través de mejillas alzadas, y una sonrisa... una sonrisa tan radiante que el corazón de Bassena se detuvo por un segundo, antes de latir cada vez más rápido por lo hermoso que era ese rostro. Bassena no tenía idea de que su ya bello prometido podría volverse aún más hermoso, espléndido, etéreo...
—Espera--este no era el momento para eso.