363. Desayuno

Mauve no se retiró a la cama hasta altas horas de la mañana. Había pasado la mayor parte de su tiempo afuera en el cenador y ahora se sentía un poco agotada. Sabía que no tendría problemas para quedarse dormida.

—Buenas noches, princesa —dijo Galath, deteniéndola frente a su habitación.

—Gracias —dijo ella, sonriendo a él mientras él sujetaba la puerta abierta para ella.

Entró a su habitación y sin desvestirse se lanzó a la cama. Se quedó dormida antes de lo que pensaba.

Mauve juró cuando oyó voces altas. Sentía como si solo hubiera dormido unos minutos. ¿Por qué la molestaban? Dudaba que fuera ya el amanecer.

—¿Qué sucede? —Ella respondió a regañadientes mientras se giraba hacia un lado.

—Despierta, princesa.

—No —dijo ella, cerrando los ojos más fuerte—. Vuelve más tarde.

—Me temo que no puedo hacer eso princesa, estamos aquí por órdenes del Rey.

Los ojos de Mauve se abrieron de inmediato. —¿Qué? ¿Por qué?