Mauve apenas podía creer lo que veían sus ojos mientras dejaban el último pueblo camino a la capital donde se ubicaba el castillo. En unas pocas horas estarían en el castillo.
Ella quería llegar al castillo lo antes posible ya que el viaje era simplemente agotador y aún no había podido dormir bien una noche completa.
Sin embargo, no estaba segura de estar preparada para enfrentar lo que la esperaba. Todavía no estaba mentalmente preparada.
—Princesa —llamó Owen, acercándose a su ventana.
Ella se apartó del respaldo, inclinándose hacia adelante para poder verlo fuera de la ventana.
—Sí —respondió.
—Nos estamos acercando al campo de flores silvestres. Pensé que te gustaría saberlo —dijo él con una sonrisa tonta.
—Gracias —respondió ella, y miró hacia el paisaje que se acercaba.
—La mayoría de las flores no estarán en flor ya que ya florecieron antes de ahora, pero debería haber un par. Aún así sería bonito mirarlas.