372. Luis

—Bueno, técnicamente no te dejaron. Tú la ahuyentaste y luego empezaste a comportarte mal.

—¡Fuera!

—Oh, combativo. Justo como me gustan. Veo que estás emocionado de verme. Yo también te extrañé —él sonrió acercándose a Jael que estaba sentado junto a su escritorio.

Luis era un vampiro rubio, tenía al menos seis pies de altura con largas pestañas y una cicatriz justo sobre una de sus cejas. Era una mancha oscura en la piel en comparación con el resto de su piel pálida.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Jael con un tono oscuro.

—¿Adivina qué? Soy la intervención que se supone que transformará tu vida y te sacará del agujero de mierda en el que pareces haberte enterrado —dijo Luis con suficiencia.

—No tienes ningún derecho de entrar aquí. No eres bienvenido —dijo Jael, había un cosquilleo en el aire mientras hablaba.

—Nuestra madre diría lo contrario —Luis se detuvo frente al escritorio de Jael y lo miró fijamente.