450. Haz lo mismo

Mauve se sentó encima de Jael con las piernas a cada lado de él mientras él la miraba profundamente con ojos azules brillantes. Su pecho se agitaba mientras intentaba recuperar el aliento.

Él la miraba con deseo en sus ojos como si lo que ella podía sentir debajo de sí no fuera suficiente indicación.

—Quítatelo —dijo. Su cabello estaba desordenado mientras hablaba. De alguna manera, ella podía decir que era la razón por la que el cordón que ataba su cabeza se había soltado.

—¿Qué? —parpadeó ella.

—Tu vestido —dijo él con anhelo en sus ojos—. Quítatelo.

Mauve se sonrojó y apartó la mirada. Él quería que se desnudara frente a él. Ella podía intentarlo, pero no había forma de que pudiera hacerlo sin poner una cara seria.

—¿Qué? —preguntó él cuando ella tardó demasiado—. ¿No vas a hacerlo?

—No he dicho eso —susurró ella.

—Bueno, entonces continúa —su mirada se fijó en su cuello hacia abajo. Su sonrisa volvió al mirarla. Ni siquiera podía ocultarlo.