456. La conformidad de Jael

—He perdido —dijo él con una sonrisa radiante—. Hace mucho que no me alegraba de perder. Gracias.

—No tienes que agradecerme y no fue una apuesta, así que no perdiste —dijo Mauve. Aún estaba un poco aturdida por su entrada.

—Técnicamente fue una apuesta, porque ahora que ganaste tengo que hacer algo que tú quieras.

—Eso no es una apuesta —dijo ella.

—Estoy bastante seguro de que así es como funcionan las apuestas, Mauve —dijo Luis mientras su rostro la llamaba estúpida.

—Sí, pero no había repercusiones para mí si no lograba convencer a Jael. No tenía nada que perder. No es realmente una apuesta si la otra parte pierde más.

—Eso es un juego de azar que sigue siendo una apuesta y yo no tenía nada que perder que ya no estuviera perdiendo...

—¿Podrías dejarlo? —dijo Mauve. Luis era previsiblemente terco.

Él le dio una mirada inexpresiva y se volvió hacia Mill. —Hola Mill, me disculpo por no saludar antes.