Así como así, Su Wan se lo pasó genial bromeando con Lin Jing y Lin Rui, y cuando los tres llegaron a la entrada del pueblo, los rostros de Lin Jing y Lin Rui estaban más rojos que el trasero de un mono. Los dos intercambiaron una mirada y en secreto tomaron la decisión de que algún día, harían que Su Wan lamentara sus sugerencias pervertidas. ¡Solo esperen!
Su Wan no sabía nada sobre su plan y como disfrutaba ver sus rostros sonrojados, no prestó atención al brillo oscuro en los ojos de los dos hermanos debido a la vergüenza que tuvieron que soportar. Así, sin más, selló su destino, un día se encontraría en medio de dos hombres que la penetrarían en un callejón oscuro, aparte de los sonidos de la carne golpeando contra carne, solo se escucharían sus suaves gemidos.
Pero, por supuesto, eso era algo que sucedería en el futuro.