Pregunta que no puedo responder

Lin Yan no quería actuar ni decir nada que pudiera herir a Su Wan, pero sabía que ella no retrocedería sin luchar, así que suspiró y se sentó derecho. Mirarla a los ojos era un tormento físico en su peor forma, pero Lin Yan entendía que necesitaba enfrentarlo. Sonrió débilmente y dijo:

—¿Quieres algo, Wan Wan?

—Lo siento, si te molesté —dijo Su Wan mirándolo cautelosamente, como si tratara de descifrar su expresión. Algo que pudiera ayudarla a entender qué estaba mal con él, pero nada, no podía sacar nada porque su expresión era una máscara de completa calma—. Quería hablar contigo, ¿estará bien?

Lin Yan asintió, tratando de controlar su ritmo cardíaco que estaba completamente fuera de control, mientras la miraba e hizo un gesto para que continuara.