El viejo maestro inclinó la cabeza, mirándola con curiosidad —Esta es la primera vez que escucho a alguien decirme algo así, te das cuenta de que si haces esto, entonces caminarás por el mismo camino que tu madre. Obsesión y posesión hasta que la locura la llevó a la muerte.
Ah, así que eso era a lo que él se refería. De repente, Su Wan entendió por qué le había dicho eso antes, comparándola con esa mujer —te equivocas acerca de mi madre, su obsesión era ciega, la mía no lo es —dijo Su Wan con tal determinación que sintió que sus dientes crujían cuando los apretó—. No estoy ciega, viejo... no estoy tomando lo que pertenecía a otra persona, estoy tomando lo que me pertenece a mí.
—Pero