Lin Chen estaba completamente satisfecho, era como si hubiera sido un viajero sediento atravesando el desierto y finalmente tuviera la oportunidad de saciar su sed.
Era ese tipo de sensación. Tan buena y tan maravillosa, mientras miraba a Su Wan, que dormía acurrucada a su lado.
Lin Chen sentía una especie de satisfacción estallar en su corazón, ahora parecía que estaba un paso por delante de ese mocoso Lin Yu.
—Jaja, perdió su virginidad antes de que él pudiera perderla. ¡Eso se siente genial, ese mocoso siempre ha sido un dolor en el trasero!
—Umm. —murmuró Su Wan mientras se daba la vuelta hacia el otro lado.
Lin Chen quería girarla de nuevo para que estuviera mirando hacia él, pero sabía que no podía hacerlo.
Por mucho que quisiera abrazar a Su Wan, sabía que si lo atrapaban, su situación sería peor que la de un cerdo siendo sacrificado.