Lin Chen no tenía idea de que estaban conspirando en su contra, pasaba sus días lo más tranquilamente posible y, como era verano, era aún más perezoso. A menudo pasaba sus días quedándose en casa y molestando a Su Wan y, aunque Su Wan lo enviaba al pueblo, terminaba su trabajo bastante rápido y volvía a casa. No estaba siendo perezoso, pero tampoco prestaba tanta atención a sus trabajadores como debería hacerlo. Para Lin Chen, todos excepto su familia eran nada más que extraños de paso; no les prestaba atención innecesaria hasta que fuera extremadamente importante para él.