—¿En serio? Entonces, ¿debería darte uno? Si no lo presumes, ¿cómo debería castigarte? —preguntó Arabella y Fernando estaba más que feliz de tener uno.
Más bien, parecía ansioso por obtener una marca de beso de ella.
—Adelante, hazlo. Lo luciré orgullosamente para que todos lo vean —la retó Fernando.
—Está bien entonces. No te arrepientas después —Arabella pensó que le enseñaría una lección sobre cómo reaccionarían las personas cuando vieran una en él. De alguna manera, también quería saber cómo él respondería a su reacción.
Fernando se sorprendió cuando ella se montó encima de él. No esperaba que ella realmente lo hiciera.
Arabella sonrió con suficiencia y eligió un lugar en su cuello que estaría por encima del cuello de su ropa habitual.
—Humph. Veamos si serás fiel a tu palabra —lo besó en el cuello y el cuerpo de Fernando se tensó y tembló ligeramente.
—¿También es sensible aquí?
¿O fue porque fue la primera vez que ella lo besaba en el cuello?