Arabella ya no pudo reprimirse y sus lágrimas fluyeron libremente. Terminó sollozando tanto que empezó a temblar.
Sus padres intentaban protegerla de algo. Realmente los había malinterpretado.
—Madre, Padre, lo siento tanto. He malinterpretado a todos ustedes durante tanto tiempo y ni siquiera intenté acercarme. He pasado por todo tipo de cosas. Esta hija ha cometido todo tipo de delitos. ¿Todavía aceptarán a esta despreciable hija como suya? —pensó Arabella con el corazón desgarrado.
Pensó que odiaba a sus padres en su vida pasada. ¿Pero realmente lo que ansiaba era ser amada y abrazada por ellos de nuevo?
Pero ellos tampoco se comunicaron con ella.
—¿Por qué? ¿Por qué no me enviaron ninguna carta preguntándome si estaba bien? Estaba esperando. He estado esperando todo este tiempo —sollozó aún más al recordar su vida pasada.