¿Cuántos hijos quieres? [Capítulo extra]

Arabella ayudó a Dimo a cortar el filete en su plato ya que sus manos temblaban por haber comido muy poco esa mañana y el día anterior.

—M-muchas gracias, Su Majestad. Yo-yo puedo hacerlo solo —dijo Dimo con voz temblorosa, y Arabella se dio cuenta del por qué al mirar a su esposo. Él desprendía un aura aterradora mientras miraba a Dimo.

—Querido, no deberías asustar a los niños de esa manera —reprendió Arabella.

—No estaba tratando de asustarlo. Así soy normalmente —negó Fernando—. Y no tienes que ocuparte de él tú misma. Deja que los sirvientes lo hagan.

—Ah, así que era eso.

—Está bien. Lo haré yo misma. ¿No crees que debería comenzar a practicar para el futuro? —bromeó Arabella.

—¿Para el futuro? —repitió Fernando y sus orejas se tornaron rojas cuando se dio cuenta de que ella se refería a cuando también tengan hijos.

Él no pudo quejarse más y comió en silencio incluso mientras ella mimaba a Dimo. Ella misma servía las comidas de Dimo y su esposo no dijo otra palabra.