Su esposo dijo que podía tocar cuanto quisiera. Así que Arabella realmente hizo lo que quiso y continuó tocando a Fernando aquí y allá por curiosidad.
—Increíble. Sé que mi señor personalmente hizo barreras protectoras alrededor de ella, pero el cuerpo de mi señor sigue emitiendo tanto maná aunque retiene la mayor parte de él. Pero tocarlo es diferente. Los humanos normales se habrían convertido en polvo si intentaran tocar a un dragón primordial así. Pero ella no se ve afectada en absoluto. Su cuerpo y su maná son muy receptivos a los de mi señor. Es como si ni siquiera lo afectara. No pude ver esto en mi vida pasada, pero, ¿es quizás por eso que ella es su compañera? —se preguntó Alwin.
—¿Por qué entonces no me advirtieron? ¿Y si me hubiera convertido en polvo? ¡Soy solo un humano normal! —Arabella quería quejarse después de saber que podría haber muerto.