Porque son tuyos [Capítulo extra]

Arabella podía sentir cómo se debilitaban sus rodillas. Los besos de Fernando la estaban convirtiendo en papilla. Se sentía como si se estuviera derritiendo en su abrazo y sus caricias moldeaban su cuerpo.

Todavía era un asombro cómo su cuerpo no sentía como suyo cuando él la tocaba. Era como si su cuerpo fuera completamente suyo y respondiera a él sin su control.

Su cuerpo se estremeció involuntariamente cuando él recorría con lamidas y besos su cuello. Mordió su labio inferior para detener sus gemidos, pero aún así se le escapaban.

Esto era exactamente uno de esos momentos en los que su cuerpo no le obedecía en absoluto. Un poco de contacto aquí y allá y la temperatura de su cuerpo subiría, su corazón se aceleraría o perdería un latido, e incluso su voz se le escapaba aunque intentara sofocarla.