La Asamblea continuó sin ningún problema.
Pasaron varios días y Arabella notó que algo andaba mal con ella.
Cuantos más días pasaban, más extrañaba a Fernando, mucho más de lo habitual.
No le gustaba cuando sentía su presencia alejándose cada vez más de ella.
Un día, los caballeros informaron avistamientos de monstruos en Medeus.
Era inusual, ya que los monstruos no suelen aparecer en Medeus.
Fernando decidió verificarlo él mismo, ya que no había cazado en un tiempo. Así que se fue con Riley.
Arabella comenzó a sentirse extraña cuando percibió que él se alejaba demasiado.
Con cada hora que pasaba, se sentía más nerviosa.
Su corazón latía como loco en su pecho mientras empezaba a tener todo tipo de pensamientos negativos por la preocupación.
Comenzó a inquietarse y a caminar de un lado a otro en su estudio preguntándose por qué aún no había regresado.
Y entonces...
Se tensó cuando dejó de sentir su presencia de repente.
«¿Le habrá pasado algo?»