Chester y Fátima se despidieron formalmente.
Arabella supo por sus pensamientos que iban a viajar en su carruaje hasta llegar a la salida de las puertas de Medeus.
Una vez fuera, Marcus los teletransportaría al reino en Eliora, que bordea Zygos. No querían recorrer los caminos en un continente extranjero.
No confiaban en Eliora a pesar de tener un acuerdo para ser aliados.
Arabella lo entendía, ya que podría haber asesinos esperándolos.
Pero Zygos no tenía enemigos particulares en Eliora, excepto tal vez Fernando después de que Chester lo provocara.
Su padre tampoco era de buscar peleas que no pudieran ganar, por lo que Lobelius no se atrevería a hacer algo.
Chester escoltó a Fátima a su carruaje antes de caminar hacia el suyo. Viajaban separados como usualmente hacen los reales.
Arabella se congeló cuando él la miró de reojo y sonrió.
«Puede que no haya podido probarla ahora, pero puedo volver más tarde.
Nos vemos la próxima vez, pequeña flor», pensó Chester.