Vivo bajo la Tierra

—Los gigantes primordiales eran más grandes que las montañas que ves hoy en día. Podían alcanzar las nubes cuando se levantaban. Pero la generación que los seguía tenía la mitad de su tamaño. Y se hicieron aún más pequeños con el tiempo.

Fernando le dijo que hubo un momento en el que el mundo se volvió escaso y desprovisto de recursos para los vivos, que la supervivencia de todas las razas se volvió cuestionable, especialmente para las más débiles.

Con su naturaleza bondadosa, entonces los gigantes primordiales creyeron que el mundo que estaba en extrema necesidad de recursos ya no los necesitaba. Por el bien de las generaciones más jóvenes, eligieron dormir y dejar que su maná y cuerpos proporcionaran bendiciones para la tierra moribunda. Fue un sacrificio desinteresado.

Después de eso, la tierra volvió a tener suficientes recursos para todos.