—Está bien. Puedes acompañarnos. Pero solo si Elrond lo aprueba. Ve a pedirle su permiso primero —Fernando accedió a que Alvis fuera con él tras la explicación de Arabella.
—Lo haré. De todos modos, planeaba hablar con él.
Con eso, Alvis se despidió para visitar a Elrond a continuación.
Los otros dentro de la habitación hicieron una reverencia y se excusaron también, ya que no necesitaban vigilarla tan de cerca con Fernando cerca.
—Finalmente se ha ido —suspiró Fernando y rodeó la cintura de Arabella con sus brazos.
No parecía ser suficiente para él, ya que la llevó a su regazo y la abrazó más fuerte. Enterrando su cara en el hueco de su cuello.
—¿Qué pasa? ¿No te llevas bien con Alvis? —Arabella se preguntó ya que actuaba como si intentara consolarse haciendo esto.
—¿Alvis? —Fernando frunció el ceño al escuchar el primer nombre de Alvis de ella.
«¿Lo ve como otra amenaza? ¿Acaso no está ya casado?»