—Lo sé. Entiendo. Solo por favor regresa a salvo —sonrió Arabella.
Fernando la abrazó y le dio otro beso, notando que estaba preocupada.
—Lo haré. Ya que iré allí usando un portal desde aquí, usaré mi cuerpo original. No moriré incluso si recibo toda clase de ataques, así que no tienes que preocuparte —Fernando intentó asegurarla.
Era un alivio que fuera usando su cuerpo de dragón casi indestructible, pero su última declaración la preocupó.
—No lo gafes. ¿De qué ataques estás hablando? ¿Estás diciendo que se atreverían a atacar a los dragones primordiales allí a pesar de que eres respetado aquí en Estrella? —Arabella frunció el ceño.
—No lo harán si valoran sus vidas. Pero los monstruos atacarán a todos y a cualquiera. No serán suficientes ni para un calentamiento, así que está bien. Soy mucho más fuerte en mi cuerpo original —Fernando estaba demasiado confiado en sus habilidades de combate una vez más.
—Bien —Arabella no se atrevió a debatirlo.