—Por eso tomé pastillas anticonceptivas —dijo Huo Jiuxiao mientras se abotonaba la camisa—. Quería hacerme una vasectomía, pero no tuve la oportunidad.
—¿Cuándo sucedió esto?
—Cuando dejamos de usar condones. Es la medicina más reciente desarrollada en el extranjero. Solo necesito consumirla regularmente, no habrá efectos secundarios. De otro modo, ¿crees que te dejaría dormir conmigo en todas partes? Mi pequeña y dulce esposa no necesita tomar esas —explicó.
Los ojos de Lin Wanli se agrandaron un poco después de escuchar eso.
Era como si cada vez que ella se sentía como una polilla volando hacia Huo Jiuxiao, en realidad fuera Maestro Xiao quien soportaba todo detrás de ella. Él era el que se empapaba por la espalda, y él era el que tomaba la pastilla para prevenir el embarazo.
—No me lo dijiste.