—¿Y tú eres? —preguntó Huo Jiuxiao.
—Soy Blade Tyrant. Luchamos en Nepal. Me capturaste, pero me dejaste ir cuando te enteraste de que mi esposa había tenido un hijo. Mi esposa y mi hijo casi mueren, pero gracias a ti, llegué a tiempo para salvarlos. Desde entonces, juré que si te volvía a encontrar, definitivamente devolvería el favor. Nunca pensé que tendría la oportunidad en mi vida —dijo el número desconocido.
—Cuando recibí el mensaje de mi subordinado esta mañana, creí que estaba viendo cosas. Este maldito chico, ¿saben con quién se están buscando problemas? —continuó el número desconocido.
Era obvio que la otra parte también había dado el número y el dato de que Huo Jiuxiao había sido sordo durante muchos años. Inesperadamente, Blade Tyrant admiraba aún más a Huo Jiuxiao cuando se enteró de ello. Un sordo que había podido jugarle como a un tonto. ¿No era eso suficiente para probar que era inferior?