—¿Cómo regresar? —Huo Zizhen solo tardó tres minutos en digerir la información antes de preguntar a Xing Guan sobre el método de operación específico.
—Llamaré a tu madre y le diré que te encontré. Y le diré que cambiaré mi vida por la tuya —dijo Xing Guan—. Cuando llegue el momento, me haré algunas heridas nuevas en el cuerpo.
—¿Cuándo vas a llamar?
—En medio de la noche —dijo Xing Guan—. Organizaré todo en el hospital. Solo estamos esperando a que tu madre venga a recogerte.
—Ella solo tiene a su hijo en su corazón. ¿Todavía vendrá a recogerme? —Huo Zizhen no estaba segura. Incluso estaba más dispuesta a creer en Huo Jiuxiao ahora. En los ojos y el corazón de Yun Shujing, solo estaban sus dos hijos. Especialmente en el momento de la vida o la muerte, la sensación de ser abandonada era aún más obvia. Esa llamada telefónica fue un dolor eterno en su corazón y un odio que jamás olvidaría.