—¡Basta! ¡Basta! ¡Basta! —La Jefa Cai era una mujer en sus cuarenta y llevaba más de veinte años ocupándose de la carga del barco y aún así nunca en su vida había visto una pelea así. Las dos mujeres peleaban como si fueran la peor enemiga de la otra, era una vista horrible y lo que era aún peor era que el mercader cuyo barco estaban cargando observaba la escena con un ceño fruncido. ¿Qué diablos estaban haciendo estas dos mujeres? Porque la Jefa Cai empezó también como trabajadora del muelle, su fuerza no era ninguna broma. Era alta y atlética con músculos cubriendo cada pulgada de su piel, avanzó con rapidez y separó a las dos mujeres que luchaban como si quisieran matarse.
Interrumpió la pelea poniéndose entre Tu Tingling y Zhu Cheng, quienes seguían lanzándose miradas fulminantes aunque su jefa estuviese entre ellas. Al ver que la ignoraban tan descaradamente, la Jefa Cai estaba furiosa, les pegó a Zhu Cheng y a Tu Tingling en la espalda y gruñó descontenta: